¿Qué es la inmigración?
Es la entrada a un país o región de personas que nacieron o proceden de otro lugar. El término migración se aplica a los movimientos de personas de un lugar a otro. Las dos opciones de los movimientos migratorios son: emigración, que es la salida de personas de un país, región o lugar determinados para dirigirse a otro distinto e inmigración, que es la entrada en un país, región o lugar determinados procedentes de otras partes. De manera que una emigración lleva como contrapartida posterior una inmigración en el país o lugar de llegada.
Evolución de las inmigraciones en Europa:
Europa ha sufrido importantes cambios de población en el siglo XX, cuando millones de alemanes fueron expulsados de Prusia Oriental después de la Segunda Guerra Mundial y transferidos a la Alemania del territorio en que fue reducida después de la guerra. Los polacos fueron empujados a la Pomerania por los alemanes, y la zona cedida por Polonia a la Unión Soviética, a su vez fue poblada por rusos y ucranianos. En Estonia, Letonia y Lituania hubo una fuerte inmigración de rusos. Los turcos fueron expulsados de Bulgaria y otros países de los Balcanes. Los alemanes que poblaban otros países europeos fueron expulsados, como en Checoslovaquia a Alemania y muchos otros fueron llevados por la fuerza a Kazajistán y otras repúblicas de Asia Central.
Más recientemente muchos sudamericanos, africanos y asiáticos, así como europeos orientales, emigran a Europa Occidental. En España, hay una fuerte inmigración de latinoamericanos, en especial, de ecuatorianos, colombianos y argentinos y de europeos orientales.
Problemática de la inmigración:
Las migraciones presentan problemas diferentes: aquellas personas que migran, ejercen un efecto de disminución de la natalidad. En cambio, el país de recepción de inmigrantes, la población sufre unos cambios sustanciales, como puede verse en la pirámide de la población inmigrante de España, en la que abundan tanto los hombres como las mujeres en edad de trabajar, mientras que la proporción de población menor de 20 años o mayor de 65 es mucho más escasa que la nacional. Los inmigrantes tienen que integrarse en el nuevo país, primero laboralmente con una legalidad en permisos, identificación, seguridad social y educación; al mismo tiempo culturalmente, por el idioma nuevo cuando es diferente del suyo, y en cualquier caso deben asumir las nuevas costumbres y formas de vida. La diversidad de culturas es enriquecedora, pero a su vez, puede formar conflictos. El principal problema de la mayoría de los inmigrantes, es la falta de información que el Estado les debería facilitar, y por ello, gran parte de estos inmigrantes, caen en manos de verdaderas mafias de tráfico de personas y ello ocasiona problemas de identificación y asistencia en el país de acogida.
Causas y consecuencias de los movimientos migratorios:
Las causas de las migraciones son diversas, sus consecuencias, complejas:
· Causas demográficas y económicas: son dos de las razones más frecuentes de la emigración. El aumento de población sin la creación en paralelo de puestos de trabajo provoca desempleo y salarios muy bajos, cuando, quizás en otro país, hay necesidad de mano de obra. Esas fueron las causas de la emigración española hacia América Latina y hacia Europa Occidental, y de la emigración interior, campo-ciudad durante los Siglos XIX y XX.
· Causas por catástrofes naturales: los terremotos, la desertización y las plagas y sequias prolongadas originan inseguridad en la población, o perpetúan las malas cosechas. En España, la emigración por estas causas se ha desarrollado lentamente, pero en ocasiones, ha significado la despoblación de territorios muy secos.
· Causas políticas: las guerras, las persecuciones y los destierros provocan la salida de población. En España, después de la guerra civil, muchas personas se vieron obligadas al exilio (Francia y México).
· Causas socioculturales: pueden ser muy diversas: el deseo de vivir en estados más democráticos, cuando en el país de origen existe una dictadura (inmigrantes de Argentina y Chile, que llegaron a España en las décadas de 1970 y 1980); la atracción que ejerce un lugar, como ocurre actualmente en España donde numerosas personas jubiladas, procedentes de países de Norte de Europa. Se instalan por las buenas condiciones climáticas.
Las consecuencias de los movimientos migratorios:
· Para el país de origen: La emigración disminuye el problema de la falta de trabajo, la presión social y aplaza problemas urgentes. Pero supone la pérdida de fuerza de trabajo (en ocasiones ya educada y formada) y de las personas más dinámicas y con iniciativa, al mismo tiempo que provoca el envejecimiento de la población y el despoblamiento del territorio.
· Para el país de destino: La llegada de oleadas de emigrantes puede crear conflictos laborales (salarios a la baja) degradación de viviendas en la periferia y en el centro urbano y problemas de aceptación por una parte de la sociedad. Sin embargo, hay que considerar la aportación del emigrante al desarrollo económico y a la diversidad cultural del país de acogida.
· Para la persona emigrante: La salida presenta una salida de cuestiones: Tomar la decisión de partir decidir el lugar de destino, adaptarse al nuevo medio, ver qué papel puede desarrollar esta persona en la nueva sociedad y considerar sus posibles problemas de identidad.