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sábado, 1 de diciembre de 2012

Tipos de vegetación en España.




En España existen 3 grandes áreas de vegetación:


  • Vegetación de tipo oceánico: Se da en la zona Norte de la Península y en algunas zonas montañosas. Los árboles son de hojas caduca y necesitan mucha humedad.

  • Vegetación de tipo mediterráneo: Se da en la mayor parte de la Península (en el interior y en la costa mediterránea). Los árboles son de hojas perenne, y están adaptados para soportar la sequía de los veranos.

  • Vegetación del archipiélago canario: En Canarias existe una vegetación de origen mediterráneo pero con influencias africanas y atlánticas. Su vegetación es variable ya que depende de la altitud, la orientación y la cantidad de lluvia que recibe.





La vegetación de un lugar depende, principalmente, de los factores climáticos (latitud, posición geográfica, relieve, ...). Además, en las zonas de montaña el tipo de vegetación que crece depende de la orientación:

           - La umbría: está orientada al Norte y recibe menos sol, es más húmeda y con vegetación abundante.
           - La solana: oreintada al Sur, es más soleada, seca y cuenta con una vegetación menos densa.



Comentario de Cliserie


La cliserie nos muestra la vegetación característica de la Cordillera Cantábrica. Lo primero que debemos señalar es que se constatan las diferencias de vegetación en función de la altitud y también en función de la vertiente.

Iniciando el análisis por el piso basal, nos encontramos la primera diferencia: la fachada norte (umbría), más fresca y húmeda, está ocupada por el roble, especie caducifolia característica del bosque atlántico; mientras que en la fachada sur (solana), la especie dominante es la encina, capaz de soportar unos fríos inviernos. La encina, la formación más significativa del bosque mediterráneo perennifolio, ocupa las solanas más templadas de esta vertiente interior cantábrica. La ladera norte de robles tiene un aprovechamiento forestal y maderero muy habitual para la fabricación de muebles, aunque debe ser de tala controlada por la reforestación de éstos hábitat es muy complicada y duradera. En la ladera sur el encinar permite un aprovechamiento ganadero, gracias a las bellotas, pero también aprovechamiento maderero por el carbón vegetal que proporciona la encina.

A continuación, en el piso montano, se encuentra el rebollo, especie marcescente de transición hacia la región mediterránea, que soporta muy bien la bajas temperaturas, incluso mayor sequedad que la tolerada por otras especies de robles. Tradicionalmente la madera de estas especies se ha aprovechado para la construcción y para hacer leña, y su fruto para alimento del ganado, en algunos casos, humano.

Culminando el estrato arbóreo se localiza la caducifolia haya, que junto al roble define al bosque atlántico. El haya es una especie que soporta mejor el frío que el roble, por lo que tiene a sustituir a estas en las áreas de montaña. En la cliserie cantábrica se extiende de los 600 a los 1.700 metros en la fachada norte, y de los 1.400 a los 1.700 metros en la fachada sur. Esta diferencia entre laderas se debe a la necesidad de humedad que tiene esta especie, por lo que en la solana se limita a los niveles superiores.

En el piso subalpino, encontramos situada la landa, que es una formación arbustiva propia del clima atlántico, que surge como degradación del bosque caducifolio o en aquellos lugares donde las condiciones climáticas (zonas elevadas de las montañas) impiden el desarrollo de los árboles. Son propias de esta formación plantas como el tojo y el brezo.

Por último, en el piso alpino, por encima de los 2.200 metros, encontramos como formación vegetal dominante los prados. En este piso se acumulan las nieves en invierno, lo que impide el desarrollo de una vegetación de mayor porte. Estos pastos suelen ser aprovechados para la alimentación del ganado cuando se encuentran libres de nieve.

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